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Prof. Juan Maya

La Religión y la Violencia


En una reciente entrevista para un programa de televisión, el conocido Padre “pepe” di Paola, dijo que, al contrario de lo que afirmaba Marx, la religión no es “el opio de los pueblos”. Según su experiencia en los sectores más pobres y marginales de la ciudad de Buenos Aires y otras zonas del país, al contrario, el consideraba que la religión era el “motor de la vida” promoviendo acciones solidarias y sociales.

En efecto, tuve mi propia experiencia como voluntario y luego coordinador de Cáritas durante un tiempo y pude comprobar sin mediación alguna la afirmación del Padre pepe. Más aún, creo (ésta es una palabra difícil en esta etapa de mi vida) que en el plano de las acciones sociales la religión (no solo la católica) tiene mucho para decir y hacer. No solo desde el simple asistencialismo sino, y sobre todo, en materia de la promoción social para erradicar o al menos reducir a la mínima expresión los factores de pobreza y marginación en la sociedad. Justamente, la palabra religión viene del término latino religare y en su etimología nos remite a un “religar”, es decir unir a los hombres con Dios pero constituye además una unidad entre los propios hombres en términos de comunidad. En este sentido, la religión cumple una función socializadora.

Sin embargo, el atentado de 2015 a un medio gráfico francés por parte de supuestos terroristas islámicos puso nuevamente el sentido y el valor de la religión en la sociedad en duda. Todas las informaciones indican que el ataque se debió a la burla que ese medio gráfico venía realizando por medio de dibujos y frases contra el profeta Mahoma. Claramente para los creyentes de una determinada religión la ofensa contra uno de sus íconos o pilares de la fe, como podría ser Jesús para los cristianos, es un motivo de enojo. Ahora, ¿ese enojo se puede traducir en violencia material y física? ¿Está bien que los dibujantes y periodistas de la revista francesa se burlaran de Mahoma? En este sentido, la religión, a diferencia de lo que sostenía el Padre pepe, ya no es el “motor de la vida” sino de la muerte.

La religión motor de la muerte.

Si uno abre la Biblia cristiana, especialmente el Antiguo Testamento, se encontrará con innumerables expresiones que promueven la violencia fundamentalista. Esas expresiones que hoy las podemos comprender desde su significado simbólico, no siempre se dio así y constituyeron la base de violencias extremas, masacres y guerras de religiones. Desde la antigüedad, pasando por las cruzadas en la edad media y los exterminios de pueblos enteros como los Cátaros por ser herejes, y hasta no hace muchas décadas, cristianos católicos y protestantes se mataban en plena Europa, fueron y son la muestra de que el cristianismo no siempre fue una religión de paz y amor como nos predica hoy el Papa Francisco, nuestro recordado Jorge Bergoglio.

Para no hablar solo de la religión cristiana, veamos qué pasa actualmente entre los judíos y los palestinos. Desde hace siglos se vienen matando unos a otros como consecuencia de que los judíos reclaman un territorio como la herencia que Dios les prometió y otros defienden se pertenencia ancestral a dicha región. En buena hora que Francisco predique la paz ahora y otros pontífices anteriores lo hayan hecho antes, sin olvidar que algunos, como Juan Pablo II, fue un factor político central para que el mundo capitalista prevalezca sobre el mundo socialista, aunque la caída del mundo soviético responda a un análisis más profundo y amplio, Karol Józef Wojtyła cumplió un papel clave sin dudas. La historia posterior demostrará si fue un papel bueno o malo.

La secularización o el fin de la religión como solución

En definitiva, como dice el filósofo Gabriel Zanotti, el cristianismo pudo superar la violencia que promovía la Escritura mediante la secularización y en una reciente carta abierta les pidió a los creyentes islámicos que el fundamentalismo se podría eliminar si llevaran adelante un proceso similar al de los cristianos mediante la secularización.

No obstante, Zanotti, en el pedido dejó una advertencia implícita: “Hermanos islámicos, si ustedes mismos no hacen lo mismo, no hay esperanza para ustedes. Yo soy un típico liberal católico que seguirá defendiendo su libertad religiosa, seguiré defendiendo la declaración Nostra aetate del Vaticano II, y mantendré siempre la distinción entre “el Islam en sí mismo” y el fanatismo cruel y bestial de ISIS, ises, eses y etc. Pero el mundo es menos filosófico. La guerra que se viene hará parecer a las Cruzadas como un juego de mesa. Sólo ustedes pueden desarmarse a sí mismos, mentalmente, y evitar la guerra”. ¿Qué pasará si los islámicos no aceptan la propuesta de Zanotti? ¿Occidente los exterminará? Hace varios siglos que el Occidente europeo conquistó y luego colonizó diversas regiones del planeta y esas conquistas fueron acompañadas con el evangelio. Los Mayas, Aztecas, Incas, Guaraníes y muchas otras etnias de este continente lo saben muy bien.

Ahora la excusa ya no es la religión sino los valores “democráticos” que se quieren imponer por medios pocos democráticos. Solo queda repasar la invasión y las guerras contra Irak y las intervenciones en otras regiones de Oriente. Antes la religión, ahora la “democracia” como factores para justificar el colonialismo, la esclavitud y las masacres en nombre de un supuesto bien o un mandato divino.

Esto también puede constatarse en latinoamérica, en los muy evidentes ataques a la Democracia y la constitucionalidad que debería respaldarla, por parte del régimen de Nicolás Maduro. Tanto fue así, que hasta sus más antiguos y fieles aliados gobiernos populares han cuestionado el uso de la violencia estatal implementada contra diputados en el Parlamento venezolano, con Juan Guaidó a la cabeza.

Puede verse otro claro ejemplo en los cercanos sucesos antidemocráticos en el golpe de estado en Bolivia, que forzó la renuncia de Evo Morales y constituyó la entronización de Jaenine Añez bajo un aura de fanatismo ultracatólico y conservador.

¿No es hora de terminar con la religión como motor de la muerte y el etnocentrismo impuesto desde los centros de poder?

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