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Un informe de investigación: salto de fe y acto de confianza.

    Ilustración alusiva a un futuro lejano del planeta Tierra sobre el que se realiza un informe de investigación.

Oscar Thompson trabajaba en el Ministerio de Ciencias Morales de la Flota Estelar que lo había enviado como historiador político y antro-político al Tercer planeta del sistema solar.


Oscar permaneció 40 años entre los terrícolas, vivió entre los mismos como uno más.

Hace unos meses, del comando de la Flota, le informar+on que debía hacer su informe final y dirigirse a la base estelar ubicada en el Sector 149 - Guerrero 4 (había otras bases como Reyna 8, Banus 4 y demás; eran bases que reclutaban a científicos de todas las disciplinas que se mantuvieran alejados los absurdos y los chantajes afectivos basados en la pseudo-ciencia, para recibir nuevas funciones en su nuevo destino.).


Oscar Thompson había escrito un informe de investigación virtual de más de 10.000 fojas que acreditaban 40 años de observación participante entre los terrícolas. Cuando todo estuvo terminado, Oscar se quedó solo fumando su pipa en su estudio del conurbano bonaerense. Miraba las carpetas y la pila de CDs, DVDs, USB Y DISCOS EXTERNOS que compilaban todo su trabajo.


Su paso por el tercer planeta tenía como propósito seguir la evolución moral, ética y política de los terrícolas. El problema era que, si bien no dudaba de la excelencia de su reporte y de su utilidad, entendía que no expresaba en su verdadera dimensión a estos terrícolas de esta parte del planeta.


En un momento ingresaron a su estudio sus colegas de misión, la teniente comandante del ARA PARADIGMAS en Comunicación Claudia, que educaba en el atributo de la coherencia, la voluntad, la fidelidad y la excelencia en su trabajo; la teniente comandante en Gestión Mariana, también del ARA PARADIGMAS que educaba en el atributo de la reciprocidad y la alegría como la prudencia y la sabiduría; y el capitán Juan Carlos, del ARA OSHIMA DOYO especializado en educar en supervivencia y contención del prójimo. Conversó con ellos por un largo tiempo y luego se despidió de ellos, que también se quedarían un tiempo más en la Tierra, dándose por

conforme con el trabajo realizado.


Por último, tuvo dos reuniones: una con el Almirante Sensei Antonio Oliva Seba, quien le había enseñando la presencia de Dios y del combate perpetuo en perdonar, y con el Almirante Doctor Raúl Arlotti, quien le dio coherencia y pertinencia a sus ideas en todos estos años.


Después se fue al parque y dialogó con sus amigos sintientes César, Cuzco, Negro, Jaean Luck, Kirk, Temístocles, Sisko y Pulki. Fue un diálogo profundo, casi de despedida de la Tierra. Él partiría, pero ellos se quedaban y no quería dejar de escuchar cómo veían a los terrícolas humanos, siendo ellos seres naturalmente éticos y morales.


Casi al final, Cuzco le aviso que un auto se estacionaba en la puerta de la casa. Era el teniente comandante médico Hernán, un integrante de la flota que se destacaba por su disposición a curar sin reservas, que venía de atender a un terrícola en Pilar, con el que también intercambió comentarios de estos terrícolas. Él seguiría un tiempo más en la Tierra y no quería despedirse de sin ultimar detalles.


Ya eran las 19 horas cuando Oscar se quedó sólo, acomodó todas sus cosas, ordenó el informe, lo transfirió a la Nave estelar ARA SAN MARTÍN y se dejo caer en un banco del parque, a la espera de la tele-transportación a la nave.


Seguía inquieto, algo faltaba, fueron 40 años entre los terrícolas de esta parte del tercer planeta llamada Argentina. No lograba saber o dilucidar qué estaba incompleto. En un momento, sin saber cómo se dio cuenta, el informe académico era casi perfecto, pero lo

vivido en esos 40 años merecía un cambio de lenguaje. Solamente con un

lenguaje artístico podría comunicar al Instituto de Ciencias Morales de la Flota Estelar el

resultado de esta investigación.


Tomó su computadora y en línea con la oficina del director escribió sin pausa:


ARGENTINA, 40 AÑOS DESPUÉS, SIN REFERENCIAS Y SIN ANDAMIOS.

Con instrumentos y sin principios,

Sin principios y con afectos desordenados,

Con afectos desordenados y sin pasiones,

Sin pasiones y con carencias y opulencias,

Con carencias y con contradicciones,

Con opulencias y sin contradicciones,

Sin referencias, amputados de la cultura,

Por criminales morales,

Sin andamios por parricidio de mercado y de Estado,

Sin referencia y sin andamios,

Se sientan en clases y sus miradas preguntan:

¿Hasta cuando?


Oscar apagó la computadora y dijo tranquilo: energice. Y dejo la Tierra para siempre. Su

doctorado en estudios de la evolución moral terrestre; El caso argentino es motivo de

estudio en la Flota Estelar, Oscar, sin embargo, adquirió la tristeza eterna porque

descubrió que la verdad no tiene ni exige remedio.


Hacía tres meses que Oscar dictaba clases en GUERRERO 4, pasaba los días entre

clases, su preparación física y el karate como disciplina del carácter. Una mañana,

mientras se dirigía a la biblioteca para dictar una clase magistral sobre la diferencia entre poder y política, se encontró de frente con un joven de rostro conocido.


El joven entusiasmado le dijo: "¡Profesor, buen día!" Oscar observó con atención y se dio

cuenta que era un terrícola. Antes de que contestara, el joven dijo, "estoy aquí por usted, y no vine solo, somos 37. Tenemos entre 19 y 44 años. Nos agruparon por las experiencias que hemos tenido y lo que hemos estudiado para venir aquí. La flota nos dijo que este era el principal lugar y el único donde podríamos estar los terrícolas de Argentina."


Oscar se quedo perplejo, ¿Qué hacían los argentinos en Guerrero 4? Esos sujetos sin

referencias y sin andamios, solo un salto fe de los almirantes de la flota podría explicar su ingreso.


Oscar saludó cordialmente y decidió solicitar audiencia con el capitán de la USS

ENTERPRISE Jean Luck Picard. Picard lo recibió con su típico modo diplomático y la

firmeza de un héroe legendario. Su austeridad y aplomo eran impactantes.


Ante la pregunta de Oscar y su descripción de los argentinos, Picard le dijo que los

postulantes en Guerrero 4 solo colocaban en la ficha de admisión la frase: «¿Hasta

cuando? Hasta hoy.»


- "El departamento de ingreso descubrió que era la frase con que usted, Oscar, terminó su informe y coincide que muchos fueron sus alumnos. Así que entendimos que debíamos dar una oportunidad a los que se postularon voluntariamente y contestaron con la frase «hasta hoy», y entonces hoy están aquí."


Picard siguió... "y esto no significa que confiemos en los argentinos, sino que damos un

salto de fe, la confianza se la dejamos a usted. Por si no lo sabe, los tendrá nuevamente

de alumnos en la base Guerrero 4 por los próximos 4 años. Así que manténgase en

forma, que sus terrícolas argentinos lo necesitan y la flota también. Y por si tampoco sabe esto, ya asignamos a la Alférez Guerrero, que fue ascendida a teniente

comandante, a la Tierra a seguir su investigación. Alégrese, su legado está a salvo."


A la mañana siguiente, en la clase de educación física, tres argentinos se destacaban

sobre los demás por su aprensión a cumplir con lo indicado. En la tarde, en la clase de

formación moral, otros tres terrícolas argentinos se esforzaban por conseguir el material de lectura obligatoria, y por la noche, después de cenar, en un grupo de charla informal otros argentinos estaban aprendiendo a escuchar antes de hablar.


Oscar también dio un salto de fe, y se dispuso a disfrutar de la construcción de la

confianza. En su interior la tristeza era una verdad, pero convivía con la alegría de que

también era una verdad y era un verdadero remedio.


Al otro día, los argentinos corrieron 10km en 50 minutos, desayunaron como corresponde, habían leído para las clases de la mañana, saludaban al ingresar al aula, sabían disfrutar y empezaban a distinguir entre lo que debían hacer, lo que querían hacer, y lo que no debían ni querían hacer.


El teniente comandante Oscar Thompsón, de la Flota Estelar de Planetas Unidos, había

dedicado 40 años a estudiar la evolución moral de los argentinos y ahora unos

estudiantes ignotos de ese pasado triste dejarán de ser un salto de fe para ser un acto de confianza.


La alegría de Oscar es que ahora tiene la esperanza en que los argentinos hagan

confiable a su próxima generación y puedan entonces dejar de ser depredadores para

evolucionar a exploradores, y llegar a donde ningún argentino llegó antes.


Capitán del ARA ESPARTANO.

Oscar Thompson.

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